JUAN MAÑAS, LUIS MONTERO y LUIS MANUEL COBO
(“El caso Almería”, 10 de mayo de 1981)
Los años
finales de los 70 y el principio de los ochenta fue una carnicería sin freno
donde por cada muerto que realizaba ETA tenía que haber una contestación por
parte de los cuerpos parapoliciales como el BBV o la Triple A, el caso Almería
reafirma esta idea.
Todo
comienza cuando el 10 de mayo de 1981 se encuentran dentro de un coche tres
cadáveres calcinados en un barranco de la provincia de Almería. Según la
Guardia Civil todo se debió a un desafortunado error, pues unos días antes se
había producido un atentado contra el General Valenzuela y los autores del
atentado, Mazusta, Bereciartúa y Goyenechea Fradúa habían huido, por lo que se
estaba en un estado de alerta permanente.
Por otro
lado, y sin tener nada que ver, un emigrado almeriense, un santanderino y un
salmantino se disponen a hacer un viaje a la tierra del primero, donde
desafortunadamente la Guardia Civil al mando del teniente coronel Carlos
Castillo Quero iba a asesinarles y quemarles, haciendo desparecer las huellas a
posteriori.
Tal fue
el espanto de lo que se realizó aquel día que un Guardia Civil que intervino en
la masacre escribió una carta titulada “guardia civil pero no asesino” en la
que relataba cuáles fueron los hechos. Según esta versión a los chicos los
mataron tres veces: a palos, a tiros y quemados, y según la madre de uno de
ellos siguieron esta macabra serie: “los asesinaron, física y figuradamente, al
menos seis veces: salvajemente torturados, mutilados y desmembrados;
acribillados a tiros; calcinados tras un estrambótico e irreal montaje para
borrar huellas; mancillada su memoria con acusaciones de terroristas etarras y
con la fabricación de pruebas falsas; ignorados por la Justicia, que ni quiso
ni supo investigar y otorgó trato de favor a los asesinos; y, finalmente,
olvidados, ellos y sus familias, por las instituciones y la sociedad”. Los tres
jóvenes iban a la comunión del hermano de Juan Mañas pero la mala suerte quiso
que el mismo día que el coche salió de Santander ETA realizara un atentado en
Madrid y que llegando a la provincia de Ciudad Real se les estropeara el coche
y tuvieran que alquilar otro. Un ciudadano, al creer que estas maniobras eran
algo sospechosas avisó a la Guardia Civil y al llegar a su destino se
dirigieron a Roquetas de Mar a pasar la noche y divertirse pero fue entonces
cuando se toparon con la presencia de la Guardia Civil que les detuvo. A partir
de ahí comenzó la más absoluta de las pesadillas, según las pistas que se han
podido recopilar los tres jóvenes fueron conducidos a una casa en las afueras
donde les torturaron y cuando se les fue la mano y mataron a uno el teniente
dio la orden de dispararles, meterles en el coche, quemarles y tirarles por un
barranco, con la estúpida idea de simular una fuga, pero cuando se procedió al
reconocimiento de los cadáveres se encontraron cuerpos sin brazos ni piernas.
El hermano del almeriense piensa que desde el principio sabían
que no eran los terroristas y que incluso algunos guardias civiles conocían a
su hermano, pero que tenían órdenes desde Madrid. Quién sabe, quizá el llevar a
cabo un simbólico acto de venganza les valió más que las vidas de tres
inocentes.
Unos años después se hizo una película que si bien no cuenta con la mejor calidad artística es bastante descriptoiva de lo que pasó. Aquí tenéis el enlace:http://gnula.biz/pelicula/el-caso-almeria
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