URSINO
GALLEGO NICASIO
(4
de marzo de 1979, Parla)
Hoy en día, en pleno siglo XXI, pensamos que España
siempre fue así de cosmopolita y preparada, pero la realidad es que hace sólo
treinta y cinco años en Parla, una localidad al sur de Madrid, no había agua
potable corriente, tenían que hacer cola en las dos fuentes del pueblo.
Los vecinos se manifestaban todas las semanas para
conseguir que por fin el agua llegara a su casa como en un país civilizado y
ese 4 de marzo no es diferente. Miles de gargantas gritaban “¡Queremos agua!” y
al poco tiempo aparecieron los de siempre. Botes de humo, porras y bolas de
goma para hacer callar lo que es de justicia. Por el otro lado, barricadas para
aguantar la dignidad de los habitantes parleños. Poco después llegan refuerzos
y la violencia se recrudece.
Y al final los inocentes acaban pagando. Ursino
Gallego, un chaval de 14 años que ha quedado para ir al cine con sus amigos,
espera en la calle cuando se topa de frente con la policía, y un energúmeno le
dispara una pelota de goma en pleno pecho, partiéndole en dos. Cuando llega al
ambulatorio atraviesa la puerta un cadáver. ¿Qué mente perturbada podría
disparar a menos de dos metros a un chaval de 14 años?
Al día siguiente las manifestaciones continúan,
esta vez con más ahínco por la muerte de Ursino, y Juan José Rosón, pupilo aventajado de Martín
Villa, promete que va a haber una minuciosa investigación. Una farsa de
investigación que concluye que el chaval estaba en actitud beligerante en una
barricada, y que son cosas que a veces pasan.
En 1980 ya llegaba agua corriente a Parla, pero
allí no estaba Ursino para poder contemplarlo.
Durante varios años una placa en un parque
rememoraba la muerte de Ursino, pero a principios del S XXI la alcaldía,
gobernada por el PSOE, pensó que ya éramos un país moderno y que no merecía la
pena recordar este lamentable incidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario